martes, 9 de septiembre de 2008

Robert Crumb, creador del comic urderground y coleccionista compulsivo de discos de 78 rpm

Viernes 12/09/2008 22:00 hs.


Robert Crumb, uno de los cinco hijos del militar de carrera Charles V. Crumb, nace el 30 de agosto de 1943 en Philadelphia (EE.UU.) en un ambiente católico y conservador; con un padre de maneras violentas (le rompió la clavícula cuando tenía cinco años) y una madre fervorosa torturada por la culpa, Robert y sus hermanos tuvieron que aprender a evadirse rápidamente, y para ello nada tan a mano como aquellos tebeos que tanto les gustaban. Aunque ciertos biógrafos aseguren que Robert comenzó a garabatear hábil y espontáneamente con tan sólo tres años de edad, sabemos por contra que Charles -el mayor- obligaba a sus dos hermanos varones a ilustrar una y otra vez variaciones sobre la versión cinematográfica de La isla del tesoro (que les había fascinado), y fue gracias a él que Robert aprendió a dibujar rápido y bien ("Para salir rápido de eso", diría después en uno de sus muchos comics autobiográficos):

"Me gusta dibujar, eso es todo, es un hábito que tengo profundamente arraigado, y es debido a mi hermano Charles. Él fue quien empezó con todo esto de los tebeos cuando éramos unos críos; estaba obsesionado con ellos, no le interesaba nada de lo que hacen los niños normales, ni los juegos, ni los deportes. No hacía más que leer tebeos, dibujarlos, pensar y hablar de ellos. A mi me gustaba dibujar, pero además me interesaban otras muchas cosas además de los tebeos. Me gustaba dibujar escenas realistas con edificios, coches, cosas así; a él no le interesaba nada de esto, únicamente los tebeos. Nos reuníamos y hablábamos sobre tebeos. De hecho, la compañía de tebeos "El club de tebeos Crumb" éramos los cinco hermanos: Charles, Robert, Carol, Sandy y Maxon."


Por medio de Charles y su colección, Robert conseguirá asomarse muy pronto al mundo de la ilustración satírica, del que más tarde será una figura capital; en 1958 descubrirá la revista Mad, quedando así fascinado con gente como Harvey Kurtzman, Basil Wolverton y Bill Elder, que inspirarían claramente a Robert y Charles a la hora de crear su primer fanzine, Foo Crumb Brothers Almanac: Sátiras y Parodias (en referencia a los antiguos comics de Smokey Stover), donde un Crumb de quince años comenzaría ya a desarrollar uno de sus personajes más famosos, El Gato Fritz. Desgraciadamente, el proyecto Foo -editado originalmente en septiembre del 58- no tuvo el éxito esperado (realmente circularon muy pocas copias), y los dos disgustados hermanos quemaron la mayor parte de los ejemplares existentes. Por dedicarle toda su atención a esta afición suya, los Crumb se convirtieron pronto en unos "bichos raros" cuya vida social se reducía únicamente a enseñar su trabajo a sus compañeros de estudios y a venderlo por el vecindario (o al menos, a intentarlo).

Además del dibujo, Robert no tardaría en mostrarse enormemente precoz en otro aspecto que también le marcaría de por vida: la sexualidad, a la que despertó a tan temprana edad que -según cuenta él mismo- lo erotizaba nada más y nada menos que el Bugs Bunny de su más tierna infancia.... así como las botas de cuero de su tía y el deseo irrefrenable -y a veces satisfecho- de cabalgar sobre ellas. Semejante libido infantil, sumada a un carácter tímido e introvertido (y a una educación primaria de colegio católico que le enredó la psique -aún más si cabe- hasta convertirlo en un enano puritano reprimido y desorientado), no le facilitaron en absoluto las cosas a la hora de relacionarse con los demás (sobre todo con las chicas), de modo que cuando Robert llega a la escuela superior, se descubrirá incapaz de integrarse entre sus compañeros:

"Recuerdo que a los trece o catorce años, cuando intentaba ser un adolescente normal, hacía el ridículo. Intentaba comportarme como ellos y resultaba ridículo, muy extraño, de modo que dejé de intentarlo y me convertí en una sombra. Ni siquiera estaba allí, la gente ni siquiera era consciente de que yo estuviese allí, en su mismo mundo. Aquello me anuló por completo, ya que había desaparecido la presión por intentar ser normal. Me empecé a interesar por la música antigua, intentaba juntarme con los negros, iba de puerta en puerta buscando discos viejos, cosas de esas que resultan inconcebibles en un adolescente normal. Cuando tenía 17 años empecé a tener esa obsesión de que pasaría a la historia como un gran artista y de que esa sería mi venganza."

Esta actitud asocial acompañará a Robert Crumb en adelante y por siempre, provocando que -al menos hasta los veintitantos años- se sienta profundamente anonadado, reprimido y asqueado con todo lo que le rodea.


En octubre de 1962 la familia Crumb al completo se muda a Cleveland, donde Robert encuentra trabajo como ilustrador en la empresa de tarjetas de felicitación American Greeting Card Company, en la que cada empleado dibuja una tarjeta tras otra como si de una cadena de montaje se tratase; al mismo tiempo, y para contrarrestar semejante y tediosa rutina, comienza a hacer sus primeros pinitos en algunas publicaciones underground como Yarrowstalks, realizando además ilustraciones y tiras semanales para el periódico The East Village Other de Nueva York. Al cabo de dos años de monótona existencia, conocerá a Dana Morgan para cumplir la profecía que antaño hiciera su padre de que se casaría con la primera mujer que encontrase (con quien tuvo un crío del que muy pronto se desentendió); mientras, el LSD hace aparición en su vida por vez primera para venir a cambiarlo absolutamente todo en ella. Por lo pronto, su manera de dibujar se torna en un estilo totalmente psicotrópico y surrealista (acorde a los tiempos reinantes), de modo que en 1967 -alentado por la reacción favorable que encontraron algunos dibujos suyos publicados en fanzines alternativos- decide trasladarse con Dana a San Francisco, epicentro del movimiento hippie y las comunas libertarias que por entonces se hallaba en pleno auge de la psicodelia y del llamado flower power. Sin embargo, y en palabras del propio Crumb, él no se sentía parte de ese ambiente:

"Dios sabe que lo intenté. Venía aquí todos los días e intentaba ser uno de ellos, naturalmente lo hacía para ver si me tocaba algo de todo ese amor libre, pero no me comía una rosca, me decían: — tú eres de narcóticos — y en las fiestas todos se apartaban de mí, ya que más o menos tenía el mismo aspecto que ahora. Recuerdo que una vez Janis Joplin me dio un consejo, me dijo:
— Crumb ¿qué pasa contigo, es que no te gustan las chicas? —, y yo respondí: — Claro que me gustan las chicas, ¿que te crees? — y ella me respondió: — Pues entonces déjate crecer el pelo, ponte una de esas camisas de satén, una chaqueta de terciopelo, unos pantalones de campana y unos zapatos modernos y verás como funciona —, pero no podía hacerlo, todo aquello me parecía demasiado estúpido, no iba conmigo. Nunca fui un hippie auténtico, yo no era lo bastante guapo... quiero decir en espíritu; en mi espíritu habitaban oscuros demonios y los hippies lo sabían, ellos eran capaces de detectar tus vibraciones."

Será en este caldo de cultivo hippie donde Crumb se siga formando como artista: comienza a colaborar como profesional con otras publicaciones, entre las que se encuentra Help!, revista humorística editada por James Warren donde nuestro genio consigue realizar uno de sus mayores sueños: trabajar con Harvey Kurtzman, dibujante y creador de la revista Mad, al que Crumb considera como una de sus mayores influencias. Será en las páginas de Help! donde Crumb rescata y desarrolla el personaje de El Gato Fritz, una de las creaciones de su infancia y posiblemente la de mayor repercusión; muchos artistas que más tarde formarían parte del movimiento contracultural comiquero junto con Crumb (como Skip Williamson, Gilbert Shelton o Jay Lynch) también trabajarían en Help!.

Será también en San Francisco, a comienzos de 1968, donde Crumb publicará el primer número de su fanzine Zap Comix, considerado como el acta de nacimiento del llamado comic underground o comix; durante este periodo, Crumb siguió experimentando con el mundo de las drogas, consiguiendo a cambio algunas malas experiencias con el LSD que llevaron a Robert, sin embargo, a crear algunos de sus más famosos personajes, incluyendo a Mr. Natural. Zap Comix se convirtió en un gran éxito de la noche a la mañana, y aunque consiguió atraer la atención del público, desgraciadamente también atrajo la de las asociaciones feministas, que se quejaron repetidamente de que las mujeres que aparecían en los comics de Crumb no eran más que meros objetos sexuales; a su vez, la historieta de 1969 "Joe Blow", que apareció publicada en el número cuatro de Zap, llevó a Robert a los tribunales por obscenidad y por su tratamiento acerca del tema del incesto. A este respecto Richard Corben, otro adalid de las huestes hippies del comic tan venerado y discutido como Crumb, afirma:

"“Los setenta fueron también algunos de los momentos más difíciles para Crumb. En el número uno de Zap, publicado en 1968, Crumb creó una historieta de seis viñetas en la que aparecían unos personajes de pies enormes con una frase que rezaba el ya famoso Keep On Truckin' [Tira pa' lante]. Ésta imagen se convertiría en un icono muy popular de la contracultura hippie y Crumb recibiría royalties durante años, pero un pleito judicial inesperado puso en duda los derechos de autor de Crumb (que nunca fueron registrados), y en 1977 un juez federal acabó dictaminando que Crumb había dejado caer la imagen dentro del dominio público, liberando así a aquellos que pirateaban su imagen de pagar cualquier tipo de royalties a Crumb. Después fue demandado (por la Oficina de Impuestos) a pagar una factura de hacienda por valor de 30.000 dólares (teniendo que marcharse momentáneamente a París a vivir mientras negociaba su retorno). Es por estas fechas cuando se divorcia de su esposa Dana."

Durante estos años, encontraremos repartido su trabajo entre decenas de revistas underground, entre ellas Uneeda, Big Ass, Motor City Comics, OZ Magazine, Dirty Laundry, XYZ y otras muchas; en 1968 el Gato Fritz consigue un espacio fijo en la revista Cavalier, desde donde salta a la fama, siendo también por estas fechas cuando Crumb dibuja la famosa portada para el disco Cheap Thrills de Janis Joplin and The Big Brother & The Holding Company, dándose así a conocer en todo el mundo. Pero Crumb no se siente cómodo siendo el centro de todas las miradas, de modo que, cansado de verse expuesto públicamente, rechaza realizar otra portada para los Rolling Stones, así como hacer una aparición como invitado en el popular programa de la televisión norteamericana Saturday Night Live, y se retira de la imagen pública:

"Ni hablar, no quería salir en Saturday Night Live, los Rolling Stones querían que les hiciera la cubierta de un álbum, tuve un par de propuestas así. Después de un año de reconocimiento, de la estupidez de la fama y todo eso, sencillamente dije: ¡a la mierda!. Empecé a dibujar en mis comics la parte más oscura de mí mismo, algo que hasta entonces había mantenido oculto."

Desde principios de los años 70, Crumb se instala en una granja de California donde, además de dibujar, cultiva su otra gran afición: la búsqueda compulsiva de discos antiguos de 78 rpm, recopilando una selectiva colección de miles de ellos fruto de su pasión por la música negra de antes (blues, jazz, honky tonk, etc.), pues no en vano pasó mucho tiempo de su adolescencia visitando las casas de las viejas abuelas negras sureñas en busca de grabaciones en vinilo de sus antepasados:

"Cuando oigo música antigua es de las pocas veces que siento una especie de amor por la humanidad. Es como oír lo mejor que hay en el alma de la gente normal. Es su forma de expresar la conexión con la eternidad o como quieras llamarlo. La música moderna no es así, es una pérdida lamentable que la gente ya no pueda expresarse así. En los años 20 y 30, antes de la explosión de la cultura de masas y los instrumentos eléctricos, florecieron en Estados Unidos y Europa gran número de compañías discográficas que producían toda clase de música en discos de 78 rpm. Había música bailable, blues, "jug bands" (grupos que tocan instrumentos no convencionales como jarras, botellas, etc.), country, folk y jazz. Existía una relación mayor entre músico y oyente en aquellos días, cuando uno aún se sabía las letras de las canciones. Hacia los años 40, los músicos profesionalesse habían desembarazado de todos los marginales, así como de gran parte de la imaginación y el ingenio."


En 1975, el Ministerio de Hacienda de los EE.UU. amenazó con confiscarle la famosa colección por no pagar impuestos, pero afortunadamente los amigos y fans de Crumb le mandaron -en respuesta a su elocuente petición de ayuda- el suficiente dinero para pagar el rescate. Además de para darle semejantes quebraderos de cabeza (y para conocer al guionista Harvey Pekar, con quien comparte afición por La Música y por los comics, dando lugar a un mano a mano en el American Splendor de 1976), la colección de discos también ha servido de musa inspiradora en la creación -en 1972- de una banda de swing, la Keep on Truckin´ Orchestra (posteriormente reconvertida en los Cheap Suit Serenaders), compuesta por el propio Crumb -banjo y vocales- y varios de sus amigos (Bob Armstrong -también dibujante de comics-, Allan Dodge, el realizador Terry Zwigoff, Tom Marion y Bob Brozman) en un variado surtido de instrumentos acústicos, incluido el serrucho. Son los Serenaders músicos caseros que, en calidad de amateurs, hacen sesiones en directo en clubs tan prestigiosos como The Village Gate de Nueva York y The Other Cafe en San Francisco, con un sonido campestre años 20 y 30 de raíces sureñas y múltiples influencias aderezado con letras cachondas rayando en lo absurdo.

Desde 1978 comienzan a editarse varios libros de bocetos del artista, pagando con los beneficios obtenidos por su publicación la enorme deuda que contrajo en el pasado con Hacienda; será en este mismo año cuando Crumb conozca a la que se convertirá en su segunda y actual esposa, la también dibujante de comics Aline Kominsky, con la tendrá una niña por la que Robert babeará en adelante. Para marzo del 81 (tras colaborar únicamente en diversas antologías) decide editar sus propios trabajos, dando a luz a la revista Weirdo (para la que dibujó gran parte de su producción durante los '80 y de la que coordinó junto con Aline veinte entregas alternas de las veintisiete que duró el título) y más tarde a Hup (1987), otro título en solitario esta vez con la editorial independiente Kitchen Sink, en manos del conocido editor underground Dennis Kitchen, que ya desde el 78 había recogido mucho del trabajo de Crumb en su revista independiente Mondo Snarfo.

Si durante los años setenta Crumb exorcizaba los demonios de su propia fama a través de toda una serie de revistas alternativas y minoritarias, los ochenta le verán luchar -con característica autoflagelación- contra la extendida idea de que ha pasado la flor de su vida y obra; todo el trabajo que nos ha ofrecido desde entonces -aunque más escaso- es la prueba irrefutable de que

nunca perdió su talento. De hecho, a mediados de la década la carrera de Crumb cosechó un gran reconocimiento público cuando sus dibujos comenzaron a aparecer en revistas de tirada nacional como Newsweek, People, etc., e incluso hizo una aparición en la cadena de televisión británica BBC; además, su obra se presentó en una de las más prestigiosas galerías de arte de la ciudad de Nueva York bajo el nombre "Psycadelic Solution", mientras que en 1990 el Museo de Arte Moderno de Nueva York incluyó su trabajo en una exposición llamada "High & Low" junto con trabajos de otros famosos dibujantes. Por si fuera poco, comienza a colaborar en prestigiosas revistas como Raw (dirigida por Art Spiegelman), mientras que -paralelamente a la realización de sus comics- inicia su sobria carrera como ilustrador tanto de discos compactos, colecciones de discos antiguos y barajas de antiguos bluesmen como de libros de Bukowski (El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco, 1993) o Zane Mairowitz (Kafka para principiantes, 1994).

Los años noventa cogieron a Crumb ya desencantado con la vida en los States, de modo que en 1993 se muda permanentemente de California a un pequeño pueblo del sur francés donde vive feliz y tranquilamente con Aline y su hija Sophie (a las que adora y venera en muchas de sus historietas) en una casa de campo que cambió a su propietario y admirador

personal por seis libros llenos de dibujos y bocetos personales. En 1995 -junto a su esposa Aline- edita dos entregas que aparecen bajo el título de Self-Loathing Comics, en las que esta peculiar pareja nos cuenta las experiencias de su también peculiar vida diaria en el pueblecito francés de Aveyron. Allí será galardonado en 1999 -en reconocimiento a su obra y trayectoria- con el prestigioso Gran Premio del Festival del Comic de Angulema, presidiendo el del año siguiente y auspiciando la exposición que se le dedicó bajo el título ¿Quién teme a Robert Crumb?, que fue motivo de polémica debido al cartel que se iba a emplear como imagen oficial y publicitaria del evento, autocensurado finalmente por mostrar un desnudo que al parecer "resultaba demasiado chocante". En abril de 1995 se estrena "CRUMB"; producida por David Lynch y dirigida por su amigo y violonchelista en los Cheap Suit Serenaders Terry Zwigoff, esta película/documental realiza una deliciosa y detallista disección de la vida y obra del artista de la mano del propio Crumb, que aporta su singular idiosincrasia y particular visión del mundo que le rodea, buceando en sus pasiones y obsesiones más recurrentes en un recorrido que atrapa, sorprende y sobrecoge por momentos al espectador.

Aunque la edad le ha calmado (ya no pone cuernos a sus mujeres -o casi- y no se droga desde hace tiempo -o casi-), se ocupa de su hija y ha vivido un crecimiento espiritual a través de la meditación, Robert Crumb continua inquietándonos "regularmente" con recuerdos de una imaginación febril y alucinada por la que apenas pasan los años, lo que todavía es de agradecer en el mundo de uniformidad mental global en el tanto él como nosotros vivimos. En la actualidad -y por desgracia- dibuja cada vez menos comics, mientras que (en contraprestación) aparecen con más frecuencia libros con sus bocetos e ilustraciones más intimistas, como son Miettes (Migajas), The R. Crumb Handbook (que incluye autobiografía, una enorme recopilación de viñetas y un cd con grabaciones del propio Crumb acompañado por diferentes grupos realizadas entre 1972 y 2003), los numerosos Crumb´s Sketchbook (diarios ilustrados) o Waiting for Food y Waiting for Breakfast, todos ellos magníficas muestras de un humor más irónico, refinado e hiriente, o si se quiere, simplemente más maduro y meditativo.

Fuente: http://webalrobertcrumb.iespana.es/